Afectaciones psicológicas de la cuarentena en nuestras mascotas y como volver a la normalidad con estas cuando termine el aislamiento
El aislamiento, las nuevas rutinas y la incertidumbre del futuro han afectado nuestras emociones como seres humanos, pero han traído también complicaciones psicológicas para nuestros peludos quienes han aumentado sus niveles de estrés y han comenzado a sufrir desordenes emocionales que les están acarreando no solo dificultades de convivencia sino también problemas de salud que cada vez se vuelven mas serios
El diagnostico de problemas de depresión, hiper apego y ansiedad por separación sobre todo en nuestros perros, ha disparado sus índices en las ultimas semanas convirtiéndose en un factor de angustia mas para nuestros ya presionados hogares.
Y es que no es de extrañarse, los perros tienen unas condiciones sociales y de desarrollo especificas que hacen que situaciones como una cuarentena sean mas complejas de asimilar para ellos. Por una parte, al igual que nosotros, son seres gregarios que necesitan del contacto concreto con otros individuos y por otra no tienen la capacidad de razonar sobre lo que esta ocurriendo, por lo que solo se ven enfrentados a la consecuencia de las privaciones sin entender la razón de los cambios.
Es probable que pensar en un perro con condiciones psiquiátricas sea un tema poco digerible para muchas personas, sin embargo es una situación que cada vez cuenta con mayor peso científico. De hecho The American Society of Animal Behavior ha venido estudiando los trastornos emocionales en mascotas desde hace mas de 10 años, destacando que en los perros la sintomatología es similar a la de los humanos, debido al funcionamiento de su sistema básico cerebral y al comportamiento de los neurotransmisores en este.
Nicholas Dodman, veterinario, fundador de la Clínica del Comportamiento Animal, de la Universidad de Tufts, (EE.UU.) fue uno de los primeros, hace mas de 13 años, en tratar en las mascotas enfermedades que solían ser patrimonio de las personas, como "ansiedad por separación, agresividad por añoranza y desórdenes obsesivo-compulsivos", de hecho, hay un documental llamado Prozac para mascotas, donde se detalla su investigación.
La European Society of Veterinary Clinical Ethology (ESVCE), también reconoció, en estudios mas contemporáneos, al perro como un ser emocional que se ha ido adaptando a la coexistencia y co evolución con la especie humana, explicando que esto le ha conferido características comunicativas y cognitivas muy cercanas a nosotros. Este importante gremio ha presentado también varios estudios de fMRI (resonancia magnética funcional) que nos revelan como en los perros se activan las mismas zonas cerebrales para cognición, emociones y placer que en los humanos.
Trastornos psicológicos de mayor incidencia en cuarentena
Muchas son las consultas que los propietarios de perros han hecho a veterinarios, entrenadores y etólogos caninos durante el aislamiento debido a los cambios de conducta de sus mascotas, los síntomas de mayor recurrencia muestran un incremento en los siguientes trastornos:
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Depresión, una condición que afecta el estado de ánimo de nuestro perro, incapacitándolo para sentirse feliz y disfrutar de las emociones que ofrece su vida. Las manifestaciones de esta enfermedad pueden ser temporales o permanentes, pero deben cumplir la premisa de ser de una intensidad profunda o de tener una duración suficiente como para interferir en su funcionalidad.
Los peludos pueden mostrar falta de ánimo, inapetencia, aislamiento, agresividad repentina, aparición de miedos, llantos o angustias inexplicables, desinterés por las actividades que antes le gustaban y trastornos notables en el sueño, ya sea porque duermen mucho o porque se les dificulta hacerlo. En situaciones complejas pueden aparecer micción y defecación en lugares no apropiados, vómitos inexplicables y trastornos obsesivo compulsivos.
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Hiperapego, un problema psicológico que hace que los peludos se sientan deprimidos o ansiosos cuando no están en contacto físico o visual con nosotros. Las primeras manifestaciones se dan cuando han comenzado a perseguirnos por toda la casa y quieren estar todo el tiempo con nosotros, por lo cual es importante observar sus rutinas y estar pendiente de que no se presenten otros síntomas.
Otras señales frecuentes son lloriqueos o ladridos para llamar nuestra atención, reactividad o agresividad cuando se nos acercan perros o personas fuera del núcleo familiar, manifestaciones de disgusto o territorialidad cuando prestamos atención o cercanía a otra persona o mascota de la familia, angustia y ansiedad cuando no logra estar con nosotros, necesidad de permanecer en el mismo espacio de la casa o incluso encima nuestro, e incapacidad de entretenerse, comer o dormir solo
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Ansiedad por separación, una angustia irracional y desmedida que sufren los peludos ante la ausencia de sus propietarios o los seres de su apego. Se caracteriza por incapacitar al perro para gestionar sus propias emociones, provocándole perdida de confianza, incapacidad para la resolución de conflictos y temor generalizado cuando se enfrenta a la separación.
Los síntomas que mas se destacan, son altos grados de excitación, vocalizaciones desmesuradas, destrucción, orina o defecación en lugares no adecuados, agitación e intranquilidad y salivación excesiva. En casos mas avanzados ocurren vómitos inexplicables, temblores, estereotipias con autolesiones y emoción desmesurada con micción emotiva al vernos o despedirnos.
La aparición de estos padecimientos es comprensible, pues uno de los factores de riesgo mas grandes para dichas enfermedades lo trae el cambio de rutinas, pues en sus formas de adaptación los perros anticipan cada detalle de su vida cotidiana, cuando estos detalles cambian, conllevan ansiedad para nuestras mascotas pues pierden seguridad en lo que viene, entrando en un estado de alerta continuo sobre cuando recibirán alimento, comida, salida al baño, entre otras.
Otro factor que contribuye es el manejo de nuestras propias emociones, ya que los perros son increíblemente perceptivos y empáticos a estas, tanto que generan elevados signos de estrés cuando advierten que estamos pasando por un mal momento, volviéndose mas vulnerables a la aparición de temores e inseguridades e incluso mostrando algunas consecuencias físicas. Diferentes estudios nos permiten evidenciar que nuestros perros saben exactamente y todo el tiempo como nos estamos sintiendo, por una parte, porque en la coevolución han aprendido a leer e interpretar de manera fantástica nuestra postura corporal, tono de voz y expresiones faciales, y por otra, porque los humanos emanamos señales químicas bajo condiciones como la angustia, el miedo, la felicidad y la tristeza, con olores que son fácilmente alcanzados por su muy desarrollado órgano olfatorio.
El paseo diario es otra situación que se ha vuelto un factor angustiante para muchos perros y propietarios, pues, aunque las salidas están permitidas en Colombia por 20 minutos, estas no están implicando socialización adecuada con terceros (ni humanos ni perros), aportando a la aparición de síntomas de agresividad, depresión, reactividad e hiperapego. Sin contar que los perros no están pudiendo quemar energía al ritmo que requieren ni que venían acostumbrados, generando con esto aun mas exacerbación de los síntomas.
El paseo diario es otra situación que se ha vuelto un factor angustiante para muchos perros y propietarios, pues, aunque las salidas están permitidas, estas no están implicando socialización adecuada con terceros (ni humanos ni perros), aportando a la aparición de síntomas de agresividad, depresión, reactividad e hiperapego. Sin contar que los perros no están pudiendo quemar energía al ritmo que requieren ni que venían acostumbrados, generando con esto aun mas exacerbación de los síntomas.
Encuentre una guia sobre como volver a la normalidad con nuestros peludos cuando termine el confinamiento
Un problema de grandes proporciones
Que nuestros peludos comiencen a sufrir trastornos psicológicos no es un problema pequeño, pues el numero de perros ha venido creciendo en fuertes proporciones alrededor del mundo, son millones los hogares donde las mascotas se han congregado como un miembro importante del núcleo familiar, cuyo bienestar y comportamiento afecta directamente el clima de convivencia y la felicidad en casa.
Según kantar worldpanel (2019), la población demográfica de mascotas no ha dejado de crecer desde hace varios años alrededor del mundo, poniendo incluso la venta de comida para animales de compañía por encima de la de bebés en algunos países. Tan solo en Estados Unidos se registran 143 millones de animales de compañía, en su mayoría perros. Colombia también ha repuntado en este crecimiento, alcanzando los casi 5 millones de animales domésticos, repartidos entre 3,1 millones de hogares, de los cuales mas del 70% son perros.
Y es que el factor de alarma frente a la salud mental de nuestros peludos es muy alto, en estudios realizados por la Technology Review del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de EE.UU., se dio a conocer que para 2007, tan solo en ese país, ya había mas de
700.000 animales domésticos (principalmente perros) que habían sido diagnosticados con trastornos emocionales y estaban siendo tratados con antidepresivos, mas específicamente con el medicamento Reconcile, aprobado por la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos) para el tratamiento de sintomatología, depresiva, ansiosa, fóbica, entre otras. En España, estudios realizados antes de la coyuntura traída por el Covid-19, se identificó que 1 de cada 5 perros domésticos sufría de ansiedad por separación, cifras nada despreciables cuando se trata de una población tan alta y tan ligada a nuestros sentimientos
Viendo estos índices, no es de sorprender que en otras partes del mundo ya hayan empezado a preocuparse por este fenómeno de salud en sus mascotas, advirtiendo que el ámbito psicológico también es una rama ligada al bienestar y debe ser considerada dentro de las atenciones primaras. Por ejemplo, en Argentina se ha pedido que salgan decretos que permitan la vuelta al trabajo de cientos de paseadores, pues se argumenta que con esto se reducen los riesgos de nuestros perros de padecer enfermedades y adicional se reducen la cantidad de personas expuestas durante la cuarentena.
Angélica González Becerra
Psicóloga y Pedagoga
Magister en Educación
Doctorando en Etología